¿Es tan importante el gol?

Hemogolbina: dícese de aquel jugador de fútbol que lleva el gol en la sangre. Bojan tiene mucho de esto. Es el típico jugador que mete esos goles tan famosos por ser el "eso también lo meto yo" que se oye tanto en el bar. Lo curioso es que cuando no está un jugador de esa selecta clase nadie mete esos goles. Directamente, no se dan esas ocasiones. Esos jugadores tienen una inteligencia posicional superior a la mayoría de delanteros: ven una jugada y saben dónde tienen que ponerse para marcar. Para resumir, si pones el nombre de ese jugador en Youtube, te saldrán goles a montones, pero no grandes goles ni detalles técnicos exquisitos. Sólo goles.

Habrá quien diga que de eso es de lo que se trata el fútbol, marcar goles. Otros que esos jugadores participan dos veces por partido y que restan más que suman, o que en los grandes partidos se esconden. Tienen tantos detractores como fans acérrimos. El caso por antonomasia es el de Raúl, un jugador que para una parte de la afición es un símbolo y para la otra es la piedra que impide que un engranaje funcione como debiera. El caso es que Raúl acaba marcando o provocando goles cada dos o tres partidos, por buenos o malos que sean los compañeros. Sus goles podrán ser más o menos discutidos, pero sólo él mete esa clase de goles, los que nadie parece querer.

Por otro lado, durante los otros 90 minutos es un estorbo en el juego. Eso pensó Luís Aragonés al dejarlo fuera de la Euro2008, con gran acierto visto lo visto. Ni tiene talento para combinar, ni velocidad para desbordar y tiene la técnica justa para hacer su casi patentada cuchara. Es la clase de jugador que, si no marca, da la sensación que tu equipo ha jugado con uno menos o el rival con uno más. No es el caso de Bojan, que por su edad y físico participa más en el juego, pero tanto él como Raúl o otros jugadores del estilo como Saviola se limitan a rematar una jugada, nunca a crearla.

Esta tendencia a participar lo mínimo en el juego del equipo y limitarse al gol parece que Bojan la está corrigiendo, ya que el 9 del Barça no puede limitarse a empujar balones por el tipo de juego del equipo, pero da la sensación que su evolución no llegará mucho más lejos de lo que ha sido Raúl: un hombre gol que está donde nadie lo espera para empujar el balón. Personalmente, y aunque respeto enormemente la carrera de Raúl a pesar de que no entienda qué hace de titular, espero que sea mucho más de lo que veo en él o ser de la Masía no le servirá para triunfar en el Barça.