lunes, septiembre 14, 2009

Clave no es la palabra

En situaciones normales, un Inter-Barça siempre sería un partido clave e importantísimo para el Barça. Un rival de esta categoría tendría que estar reservado para grandes choques en la Champions, pero el sistema que utiliza la UEFA ha determinado que el Inter, campeón 3 veces seguidas del Scudetto, es un rival del bombo 2, mientras que el Milan, un equipo que se arrastra por todos los campos que pasa, es del primer bombo. Cosas de la UEFA, que se basa únicamente en cuán lejos llegan los equipos en la Champions.

Por tanto, un partido en el que los dos contendientes podrían ser perfectamente los de la final del Bernabéu, se convierte en el primer partido de la fase de grupos de la Champions. No significa por eso que sea un partido menor, ya que cuando se enfrentan dos equipazos de tal magnitud siempre tiene que verse algo en el campo. Además, será el partido del morbo: Eto'o contra el equipo que lo echó; Ibrahimovic contra la grada a la cual hizo callar cuando vestía sus colores; Mourinho contra su querido enemigo, ese Barça el cual estaría dirigiendo ahora si no fuera por la arriesgada apuesta - ganadora, visto lo visto - de Txiki. Maxwell se lo perderá por lesión, también podría haber sido un duelo interesante el suyo con Maicon.

El resultado servirá para saber más o menos dónde se encuentran los dos equipos. El Barça viene ganando todo lo que se le pone delante, aunque se echa de menos la brillantez de la temporada anterior. Sin embargo, y para desgracia interista, el héroe de Stamford Bridge ha vuelto, y con él la verticalidad perdida. Con Don Andrés y con el Messi del Barça - lejos de aquel en el que se convierte cuando lleva la albiceleste - vuelve el mejor fútbol al Camp Nou. En el Inter, Eto'o se destapa haciendo lo que mejor sabe e incluso mejorándolo, como vimos este fin de semana con el golazo al Parma. Los interistas siguen siendo una garantía en el Scudetto pero unos desconocidos en Europa, la gran asignatura pendiente de Mourinho desde que la ganó, sorprendentemente, con el Oporto. Este año son uno de los máximos candidatos, como su rival de mañana. Sería un buen partido para la final del Bernabéu.

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