domingo, diciembre 09, 2007

Con la vista en Mestalla

Al Barça se le presenta un partido duro hoy. No es el Superdepor el que está delante, ni mucho menos, pero sí un equipo duro y aguerrido, vestigios de Caparrós, que vende cara su piel. Por eso el Barça, que estará pensando más en Mestalla y en los 7 puntos que le saca el Madrid que en el Deportivo, debe abrir pronto la lata. De lo contrario, el Depor puede darle algún susto.

Si Lotina mantiene su esquema, cosa que parece probable debido a sus declaraciones, el Depor jugará con un 4-2-3-1. Doble pivote en el medio del campo, dos jugadores abiertos a la banda, un segundo punta y arriba el rápido Bodipo. Es un equipo al que le gusta jugar a la pelota, que crea muchas ocasiones pero que le cuesta horrores marcar un gol. Bodipo es un jugador que crea mucho peligro, pero sigue demostrando que no es un goleador.

El Barça deberá ir con mucho cuidado ante la baja de Touré. Suponemos un mediocampo con Iniesta - Xavi - Deco (tocado). Iniesta, que será el que cierre, tendrá que multiplicarse para frenar las acometidas de Guardado, Riki y Verdú si estos son finalmente los que salen, que parece lo más probable. El Depor intentará abrir el juego por las bandas y buscar rápidamente a Bodipo, jugador muy rápido y prueba para los centrales azulgranas.

Para romper el esquema deportivista, el Barça no puede ir por el centro. Un 4-2-3-1 que es un 4-5-1 al defender, y que se cerrarán hacia el centro sabiendo la 'embuditis' que padece el Barça. El Barça debe abrir a las bandas y crear juego desde allí. Para eso será fundamental ver a Ronaldinho conectado y a un Messi más descansado de lo que viene siendo. Otra forma de crear peligro será buscar la falta. No se cortarán para parar a Messi y Ronaldinho es un especialista forzando faltas. Un golpe franco directo puede ser la mejor manera de asegurar los tres puntos.

Pero el Deportivo no bajará los brazos con el 1-0 como hacen otros tantos y el Barça no podrá confiarse, pero una vez abierto el partido, el Barça debe imponerse por su enorme calidad. Esta noche, a las 9, veremos.

sábado, diciembre 01, 2007

La miel en la boca

Cobarde partido del Barça que se lleva lo que se mereció: un punto. Después de salir a comerse el partido - como en Lyon - y marcar pronto, pudo matar al Espanyol en varias ocasiones. No quiso o no pudo. Pero la cosa es que dejó al Espanyol con vida, sabiendo que jugaba en Montjuïc y que este año estaba especialmente bien. Y lo pagó después de salir a racanear en la segunda parte.

Es un contraste muy interesante y digno de vídeo el partido del Barça en la primera parte y en la segunda. No sé qué diría Rijkaard al descanso, pero el Barça jugó con un 4-4-2 al salir del vestuario, aislando a Bojan en la izquierda y a un Messi exhausto a la derecha, con las subidas de Gudjohnsen desde la segunda línea para realizar el papel de falso 9. Con 4 centrocampistas, el Barça no supo hacer lo que le suponemos que sabe hacer mejor: tocar y aburrir. Se dejó y entró en el ritmo frenético y errático del Espanyol.

La jugada del gol del Espanyol ejemplifica la segunda parte del Barça. El Espanyol toca y toca, el Barça persigue la pelota, que llega a Clemente, el cual se la pasa a Riera que asiste a Coro para que fusile a Valdés. Un error defensivo tremendo. Comenzando por Messi, que no persigue a Clemente, su lateral, y le deja hacer. Pero le sigue Puyol, totalmente fuera del partido, con una tarjeta y mereciendo la segunda en alguna ocasión, que por miedo a la expulsión deja correr a Riera, que centra sin oposición a un Coro que estaba solo. No le podemos atribuir el gol a la pareja Márquez - Milito, que hoy ha vuelto a demostrar que es la mejor, de largo, pareja de centrales del Barça. Un partido soberbio de los centrales que han evitado la hecatombe culé en la montaña mágica.

Ronaldinho salió a falta de una media hora de partido. Rijkaard buscaba la pelota, y Ronaldinho salió para tenerla. No ha sido uno de sus peores partidos, pero se le nota demasiado lento y buscando demasiado la falta. Ya es característico verle correr, casi trotando, con los brazos abiertos y preparado para caerse en cualquier momento. Le manda un telegrama claro al árbitro de que busca la tarjeta y, obviamente, los árbitros no pitan falta. Pero no le culpo, ya que cumplió e, incluso, abrió el juego e hizo algún pase meritorio. Pero al Barça no le ha bastado con eso, y se resiente en la clasificación: de nuevo a 4 puntos y esto parece que nunca acaba.

Y se queda en la boca una fuerte sensación de partido desperdiciado, tirado a la basura. Porque el Barça pudo haber sentenciado el partido a los 20 minutos, porque salió con la actitud que se le exige para terminar abatido, con los brazos bajados, sumiso. Combinó el Barça del Camp Nou con el Barça de Getafe a partes iguales, y el partido lo salvó la defensa y un gran Touré nuevamente, cortando todo lo que podía. Iniesta volvió a ser el mejor jugador de ataque del equipo, porque sabe elegir siempre la mejor opción. Digo esto porque Messi, compañero suyo, acaba terminándome la paciencia. Es tan insultantemente bueno que cree que puede marcar el gol del siglo a cada jugada. Y aunque pueda hacer una jugada de la belleza del primer gol, también desperdicia otras tantas. La última jugada, a pase maravilloso de Iniesta que le dejó delante de Kameni y que chutó con la fuerza que se le espera a un chico de 3 años, demuestra su cansancio físico y mental.

Por último, un párrafo que en cualquier otro partido sobraría. Detestable la actitud de ambos presidentes de equipos, ante todo, de Barcelona. Ni sé ni realmente me importa lo que pasó entre ambos, pero la educación debe estar por delante de todo y no pueden, no deben, hacer como si el otro fuera invisible, porque dañan la imagen de sus dos clubs y de la propia ciudad. Me parece perfecto que se lleven fatal, están en su derecho, pero en el palco se saluda y se felicita al rival al acabar el partido. Y después a tirar dardos a una diana con la foto del otro si lo estiman necesario. Pero las cosas se hacen bien.

No quiero acabar sin hacer mención a lo triste que es que la afición que siempre acompaña al Barça sea de la calaña de los Boixos Nois. Gente que se dedica a tirar bengalas a las localidades de los aficionados, botellas o asientos, lo que tengan a mano. Hasta que no maten a nadie seguiremos mirando con compasión al fútbol italiano, pensando, hipócritamente, que esas cosas no pasan aquí. Vergonzoso que se les deje entrar en un campo de fútbol. O a esos que hacían el sonido del mono cuando entró Ronaldinho. Son la misma clase de personas, esas personas que no te querrías encontrar en tu vida y que deberían desaparecer de los campos de fútbol. Por el bien del mismo fútbol.