domingo, noviembre 12, 2006

Sorpresa en el Calderón


Pues sí, ayer hubo sorpresón en el Calderón. Después de bastante tiempo sin un partido decente en el Vicente Calderón, ayer los atléticos ganaron (¡atención!) con comodidad a un Villarreal que no parece ni la sombra de aquél que deslumbró en Europa, llegando hasta semifinales. Parece que alguien haya cogido a ese Villarreal y lo hayan secuestrado dejando en Castellón a 22 dobles que en nada se parecen, futbolísticamente hablando, a los de antaño. Una pena.

Sin embargo, ese Villarreal que no tiene nada que ver con el EuroVillarreal, se puso por delante antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora con un remate de Fuentes de cabeza. Mención especial recibe el hecho de que su remate fuera absolutamente sólo. Nadie molestó al jugador argentino al rematar de cabeza. Impresionante.

Hasta ahí, todo correcto en el Calderón. El rival se adelanta y el equipo de casa parece que no responde. Bueno sí, respondio con gol (con ayuda en el control de la mano) de Maniche. Resulta curiosa la moda que ha impuesto Agüero en el vestuario. El árbitro actuó correctamente (¡aún más curioso!) y no dio por válido el gol. Mientras, el Villarreal aprovechaba para marcar el segundo, pero esta vez sí, el árbitro hizo lo que se esperaba de él y anuló el gol por fuera de juego inexistente. Pudo haber sido la sentencia, pero el árbitro (sin querer) al anular el gol nos brindó una gran remontada del Atlético, que si el Villarreal se hubiese puesto 0-2, dudo que hubiera surgido.

Aprovechando el empujón del árbitro, el Atlético cambió y comenzó a ser aquél que nos impresionó en las primeras jornadas ligueras. Quedaban 10 minutos para el final de la primera parte, cuando Pernía botó un libre directo que, tras rozar levemente en la cabeza de Zé Castro, se coló en la portería de Barbosa. El Calderón rugió y el Atlético se vino arriba.

Fruto de esa motivación que surgió el gol o, quizá, de no ir convocado por la selección, Torres hizo una de esas jugadas que definen a los grandes jugadores. Torres sentó a tres defensas con un movimiento y, cuando se adentraba por la línea de fondo al área, Cygan hizo uno de los penalties más claros que recuerdo. No sé cómo se pitarán los penalties en Inglaterra, pero aquí cuando entras así es penalty claro (no hace falta ayudar mucho a los árbitros, que éstos ya ven penalties dónde no hay). El mismo Torres transformó el penalty, engañando al portero. Nada más lanzar el penalty, comenzó a cojear y comentó al banquillo sus molestias.

Al minuto de marcar Torres, el árbitro señaló el descanso. El mismo Torres ya no apareció en la reanudación. El Villarreal se fue tocado por encajar un gol en un minuto tan complicado y eso se notó al volver al terreno de juego, dónde volvió a mostrar esa cara tan apática de estos últimos tiempos. Malas noticias para un equipo que aspiraba a Champions y que se reforzó ampliamente sin reparar en gastos.

La historia de la segunda parte se puede contar con dos cosas: una es la creciente conexión entre Jurado y Agüero, que en una de sus constantes jugadas, el 'Kun' acabó marcando un bello gol tras pase del ex-madridista (esta vez sin mano, por eso); la otra cosa es la expulsión de Jose Mari, tras fea entrada sobre Seitaridis. Es triste ver a un jugador que aspiraba a ser un crack, que se fue al Milán joven y con mucha carrera para triunfar, jugando ahora en el Villarreal y realizando acciones así, en su línea de continua decadencia.

Acabó el partido y la afición se fue contenta y extrañada. Contenta por la victoria de su equipo y extrañada por esa comodidad del Atlético, que no hizo sufrir (como de costumbre) a la afición en esos 10 minutos finales que tantos puntos les costó el año pasado.

[Foto: El Mundo Deportivo]

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