Orgullo de capitán

Nadie duda en Can Barça de la importancia de Puyol en el equipo. Ha estado presente en todos los últimos éxitos del equipo, ha sufrido en la peor etapa de los últimos 20 años y siempre ha dado la cara como uno de los estandartes del equipo. Nadie podrá reprocharle nada al eterno capitán: siempre ha dado todo lo que tenía cuando ha saltado al terreno de juego. Es un cumplidor, se deja la piel cada minuto. En nuestra mente siempre estarán momentos como cuando desvió un disparo a puerta vacía con el cuerpo, curiosamente con el escudo; también cuando levantamos la primera Liga después de tantos años en el 2005, la añorada Champions o su marcaje férreo a Cristiano Ronaldo en el lateral derecho que sería clave para la tercera 'orejona'.

Ahora, su renovación está en el aire. El equipo le propone renovar por dos años, ya que acaba contrato en 2010, y él se lo está pensando. Ante él está la posibilidad de renovar consciente de cual es su rol hoy por hoy o esperar a junio del 2010 y buscar un equipo en el cual sea indiscutible en el once. Puyol sabe que sus días de fijo en el once titular se han acabado y que ahora es el comodín perfecto para la defensa. Ante cualquier lesión en la zaga, sale el nombre de Puyol como sustituto. Da igual si es en el lateral, la banda que sea, o en qué perfil del centro de la zaga, izquierdo o derecho. Y consigue hacerlo bien siempre. Aún así, su físico se ha resentido mucho y ya no es tan rápido como antes. A eso le unes que los titulares están a un nivel muy superior al del capitán, quizá exceptuando a Abidal.

Por eso, su orgullo está retrasando lo que se preveía como una renovación cómoda. No quiere verse como un habitual en el banquillo, pero apunta a eso y más con el inminente fichaje de Chygrynskiy. Además, casos como el de Maldini - que acabó silbado por la afición - o Raúl - con un debate en la prensa muy importante - no deben animar mucho al de la Pobla de Segur a renovar con el Barça. Puyol quiere jugar, tener los máximos minutos posibles y aquí ve que no será posible. Yo preferiría, aún a sabiendas de lo que significa y que siempre rinde en el campo, que se marchara en 2010 con su imagen intacta como ídolo barcelonista a que renovara y acabara siendo pitado por no haber sabido dar un paso al lado cuando le tocaba. Aún tiene fútbol en las piernas para ser titular en el 99% de equipos del mundo. Aquí siempre se le querrá.