martes, junio 26, 2007

No hemos aprendido nada

Barça: dos semanas después. Título que se le podría aplicar a cualquier pseudo-documental o gran producción de Hollywood, intrigante como pocos, síntoma que algo no va bien, título que implica cambio pero no arreglo total. La de cosas que se pueden ver a simple vista con leer unas pocas letras.

Han cambiado cosas en 'Can Barça'. Laporta hizo autocrítica y pidió compromiso y disciplina. También se cerró el primer gran fichaje de la temporada y el segundo más mediático de la era Laporta: Thierry Henry. El francés firmó por 4 temporadas y el Barça pagó al club londinense 24 millones de euros. Hoy será presentado Yaya Touré, ex-jugador del Mónaco y internacional con Costa de Marfil, que es un auténtico portento físico que viene a solucionar las carencias defensivas del equipo en la medular. Chivu, si el Inter no da el último empujón y se lo lleva, será oficialmente jugador del Barcelona en unos días. Abidal está ahí y la directiva baraja algún fichaje más.

Parece que las palabras de Laporta, de cambio y compromiso, han cobrado efecto y el Barça avanza a grandes pasos, como queriendo abarcar más de lo que sus brazos alcanzan. Todos podemos apreciar como la forma ha cambiado sustancialmente (y está aún en ello) y se está intentando rascar el duro fondo con las uñas para quitar las impurezas. Desidia, gimnasio y ego son palabras grabadas con fuerza en ese fondo a base de alimentarlas durante un año y querer limpiar eso en tres escasos meses resulta demasiado ambicioso. Si logran eliminarlo superficialmente el problema resurgirá tarde o temprano, por eso se trabaja a fondo en ello. Tarea ardua la que le espera al club.

Sin embargo, parece que no todo cambia. Cuando la autocrítica abundaba en la blogosfera y todos coincidíamos en los pecados capitales de este equipo, recaemos en otro sólo dos semanas después: prepotencia. El fichaje de Henry ha borrado esa crítica constructiva del escenario blaugrana para volver a instalar la prepotencia en Les Corts. De nada sirve haber perdido 5 títulos esta temporada, algunos de forma más que bochornosa. Quince días después parece que hemos vuelto un año atrás, al Barça de les 7 Copes, al equipo que se paseará por España y Europa, al nuevo Dream Team.

Y ésto no lo digo sólo por los comentarios leídos en Internet o por la prensa triunfalista culé. Estoy especialmente indignado por leer después del fichaje de 'Tití' comentarios hacia Rijkaard pidiéndole que jueguen los cuatro cracks juntos. Es decir, pedimos un 4-2-4 después de criticar duramente el 4-3-3 (versión Iniesta - Deco - Xavi) por su fragilidad en el mediocampo. Es como apagar el fuego con fuego. Es intentar repetir los errores del pasado y los errores del Madrid galáctico, de jugar por decreto y de no luchar por la posición. Es la vuelta al gimnasio de Ronaldinho, la tranquilidad absoluta y la prepotencia absurda de querer jugar hoy con un esquema de hace 40 años.

En el fútbol de hoy, con la creciente imposición del 4-4-1-1 o del 4-5-1 es ridículo combatir esos esquemas con un 4-2-4. No logras nada en ataque (un 4-5-1 es normalmente un 4-2-3-1) porque no tienes fuerza en la creación y sufres en la defensa porque te ves desbordado en el centro del campo (5 contra 2 si es un 4-5-1 puro o 4 contra 2 si cuentas con el híbrido 4-4-1-1 que sigue siendo un 4-5-1 en defensa) por una grave inferioridad numérica. Si tienes dos 'tuercebotas' puedes intentar hacerte con el dominio del centro del campo, pero sería un dominio vacuo, sin sentido, ya que dos jugadores de corte defensivo no pueden iniciar el juego, no pueden mantener la posesión. Y el Barça sin la pelota, dejando de lado que ya no es el Barça, sufre mucho. Es un equipo, y eso hay que mejorarlo, que no sabe jugar sin pelota. Y si cuentas con dos jugadores de tallo exquisito en la salida de balón, excelsos en el toque, se hundirán en el océano de la medular rival, complicándose mucho la salida del balón y siendo incapaces de defender una contra o un ataque organizado. Con un 4-2-4 con un jugador enorme (Deco) y con Touré como guardaespaldas puede que aguantara decentemente en partidos contra equipos flojos en la creación de juego pero naufragarían inevitablemente en los partidos grandes.

Recordemos que el Barça campeón de Europa jugaba en los partidos importantes con un 4-3-3 que en realidad era un 4-2-1-3, con dos 'leñeros' y que con ese esquema alzamos la Champions el año pasado. No goleamos en el Bernabéu con tres pequeños en la creación. No ganamos en Stamford Bridge con Iniesta-Deco-Xavi. El Barça ganador siempre contaba con un gladiador, con alguien que rompiera el juego rival. A veces con más acierto, otras veces con menos. Pero la base estaba clara. Y ahora nos queremos olvidar de las virtudes barcelonistas para dejar los partidos en manos de 4 jugadores. Si en el fútbol ganaran jugadores no veríamos equipos. Un equipo son 11 personas, no 4. Si Rijkaard pretende ganar los partidos con la inspiración del póker de arriba allá él, obtendrá lo que siembre. Si quiere prescindir del mediocampo para que los aficionados puedan ver a sus cuatro ídolos juntos, adelante con ello. Eso sí, cuando los resultados no lleguen, porque es absurdo el 4-2-4, entonces pediremos la cabeza de Rijkaard, cuando éste ha sido orientado por los miles de entrenadores de la grada y en cambio no pedimos que rompan su abono si éstos erran.

Rijkaard, si tiene el criterio que yo creo que posee, se impondrá a todos estos sueños culés y pondrá sentido común en la alineación blaugrana. Porque, recordad, los sueños, sueños son.

2 comentarios:

Cristian Pulina dijo...

Jajajajajajaja Bravo!

Si señor,pensé que ibas a hacer una crítica a la gestión deportiva en futbol,pero ya me di cuenta de que no,y con toda la razón del mundo.

Que indignado me puse al ver esas encuestas que no ayudan en nada,y gente votando a que jugaran los 4 juntos(probablemente muchos de ellos madridistas)

Espero que tanto los jugadores como el cuerpo técnico esten concienciados de que eso no puede ser,salvo en partidos o momentos excepcionales...quiero creer...

Saluti amico.¡Visca el Barça!

Anónimo dijo...

Yo a los fichajes hechos y a los que están por venir, sobre el papel, solo los puedo calificar de impecables. Eso si, aún nos queda la ‘Operación Salida’ i ver como el entrenador encaja las piezas. Vamos a pensar en positivo y nos vamos a creen que se impondrá la cordura táctica y que, al fin, van a jugar los que más lo merezcan. ¿Quizá es mucho soñar?

elsavidelcampnou.blogspot.com