domingo, junio 10, 2007

Mañana

La regalamos. Sí. Aún no le hemos puesto el lazo, eso es cosa de nuestros amigos de la isla, pero el envoltorio es sólido. Queda la posibilidad que nos la devuelvan, pero no creo que les desagrade el regalo. Da igual, eso es el pasado. Entornemos los ojos, forcemos la vista e intentemos ver que hay más allá del horizonte, de esa lejana línea blanca (no, lo de blanca no es un chiste de mal gusto). Yo veo algo, y me gusta. ¿Y vosotros?

No nos concentremos en el ayer, no odiemos al que amamos, no olvidemos pero tampoco tengamos la vista tan corta. Yo me siento contento de haber acompañado a este amigo hasta el final del camino. Por la senda me encontré con muchas tardes y noches gloriosas, con momentos tristes en los que las lágrimas precipitaban suavemente sobre mi cara y caían, con dulzura, al suelo. Pero hoy, a una semana de llegar al final, me he girado y he visto cosas muy bonitas, recuerdos imborrables que me acompañarán hasta el final de mi camino. Y, mejor aún, al pensar en el mañana he sonreído, sí. Yo creo en el futuro que me depara mi compañero de viaje, porque creo en él. En los buenos y en los malos momentos, hasta que mi muerte nos separe. Amén

No hay comentarios: