domingo, julio 08, 2007

Pata negra

Si de algo no nos pueden acusar es de ilusionarnos con la 'roja' con cada nueva competición que disputa. Todos renegamos de ella cuando disputamos fases de clasificación, criticamos su bajo nivel, queremos cortar la cabeza del entrenador... Pero cuando llega la competición, olvidamos antiguas rencillas y nos ponemos enfrente del televisor, sintonizamos la radio (me parece mucho más divertido un 'Carrusel Deportivo' que un 'Fútbol con Fatatas', aunque este último también está bastante bien si os gusta Montes, como es mi caso) y nos rodeamos de amigos, familiares o desconocidos para animar al equipo. No nos cae bien el seleccionador, algunos jugadores tampoco, nosotros hubiéramos elegido otros hombres y, sin duda, nuestro once titular tendría jugadores distintos y un esquema más tiki-taka. Pero creemos de nuevo, tropezamos - otra vez - con la misma piedra, desgastada ya de tantos puntapiés.

Como pasa siempre, perdemos y nos llevamos una tremenda decepción. Prometemos no volvernos a ilusionar, no creer más en un equipo que siempre falla, no dar nada a una selección que no nos devuelve ni el 1% de lo recibido, no entregarnos más a unos futbolistas que sólo juegan bien cuando tienen una nómina millonaria detrás. Acaba el mundial, alabamos el juego en equipo del ganador, la garra, la entrega y la pasión de esos jugadores que sí sienten a los millones de seguidores que les alientan. Y, no podía ser de otra manera, surgen las críticas al combinado español. La primera figura en caer es el seleccionador (aunque en ocasiones se resista), pero después nos damos cuenta de la gran mentira del fútbol español: no hay buenos jugadores, no tenemos ese crack que te rompa el partido. Italia tiene a Totti, Alemania tiene al goleador Klose y una media de acero, Brasil tiene demasiados, Francia al genial Zidane - que ahora juega partiditos alrededor del mundo - y al temible Henry... Pero, ¿quién tiene España?

Pues nuestra respuesta es clara: no tenemos ningún jugador que marque las diferencias. Villa, aunque comienza a carburar, no es ese jugador que maravilló al mundo en la temporada 05/06. Raúl dejó de tirar del carro desde hace demasiado tiempo, aunque nunca ha llegado a ser ese jugador definitivo que buscamos. Bojan aún queda muy lejos y no sabemos si será lo que se espera de él (que en muchos casos no logrará alcanzar las expectativas creadas entorno a él, puesto que algunos lo catalogan de futuro mejor jugador del mundo). Torres es un jugador extraño: es capaz de hacer un partido que firmarían los grandes delanteros de la historia y después pasearse sin pena ni gloria por el campo otros tantos partidos. Pero, a priori, no tiene pinta de crack. Al menos según el punto de vista de la mayoría de españoles.

Digo la mayoría porque parece que Rafa Benítez ha visto algo en él, que ya debe ser grande, que los demás no vemos. En el Atlético, en petit comité, seguramente aún celebran los ¡36! millones que han dejado los reds en las arcas colchoneras. Y eso no es porque crean que Torres es mal jugador, nada más lejos de éso. Pero, como gran parte de la España futbolística, 36 millones por Torres les parece una salvajada, aunque muy conveniente para ellos. Gracias a esos millones el Atleti podrá, esta vez sí, fichar a jugadores de contrastada calidad para construir un equipo temible: Forlán ha sido el primero, Quaresma será el segundo. Y ya tienen fichado a Raúl García, un firme valor del fútbol español y tienen entre sus filas a Agüero, que es un futbolista genial, según mi criterio.

Quiero centrar el post en los millones gastados en Torres. 36 millones son muchos, teniendo en cuenta que jugadores como Eto'o (24), Henry (24), Ronaldinho (27) o Van Nistelrooy (15) han costado notablemente menos (entre 9 y 21 millones menos). Sería más sorprendente - o no - si fuera la primera vez que ocurriera ésto. La temporada pasada, el Valencia pagó 25 millones por el sobrevaloradísimo Joaquín, un hombre que hace 3 partidos buenos al año (y en esos partidos tampoco demuestra costar más de 12 millones), y hace dos el Madrid pagaba los 27+IVA por la cláusula de rescisión de Sergio Ramos. Y si miramos un poco atrás veremos que el Lazio pagó ¡41,6! millones por Mendieta, otra de las grandes mentiras de nuestro fútbol. No porque fuera malo, sino por su precio, que no debería haber sido mayor a 15 millones de € (también es cierto que era la época de los grandes dispendios económicos).

Estas cifras, de auténticos cracks, son las que hacen que pensemos que en nuestra selección hay grandes jugadores. "¡Cómo no va a ser mejor Torres que Henry si cuesta doce millones más! ¿Por qué Ribery es mejor que Joaquín si costaron lo mismo? ¿Sabes tú más que Rafa Benítez o que toda una secretaria técnica?". El jugador español está sobrevalorado de por sí. Un jugador español necesita de 3 partidos buenos en un equipo de primera para ser tildado de futura estrella. Un jugador que a principio de temporada podía costar unos 3 o 4 millones, después de una temporada buena en primera cuesta sobre unos 20, a añadirle 5 o 6 millones según su juventud. Los números después nos conducen a equivocación y creemos que en un equipo donde tenemos a cinco jugadores que sobrepasan los 18 millones de € en su traspaso debemos codearnos con las grandes selecciones, cuando lo cierto es que nuestra selección es del nivel de Costa de Marfil, Suecia, Dinamarca, Serbia, Suiza, etc.

Cifras así provocan que los jugadores españoles, si quieren crecer, deban irse al extranjero. Un jugador español no puede pretender ir a un equipo español de mayor nivel como Barça o Madrid, debe ir a Liverpool, Chelsea, Milán donde habitualmente encuentra un equipo y un fútbol que no favorece a sus habilidades. El Chelsea puede venir a por Villa y llevárselo por 45 millones (que es un montante asombroso) pero si el Barça lo quiere será remitido a la cláusula de rescisión - 150 millones - o lo que es lo mismo: para ti no está en venta. El desembolso que Madrid/Barça deberían hacer por Villa sería superior a los 75 millones de €, muy por encima del equipo inglés. Esas cifras sólo se pagan por el mejor jugador del mundo en el momento y a un equipo que no tiene interés de vender, como es el caso del Milán y Kaka'. Ni Villa (ni Alves) lo valen. Pero ya se sabe, el jugador español pasa por tres fases en su carrera deportiva:
  1. Despunta en un equipo pequeño.
  2. Un equipo semi-grande lo ficha, con un desembolso económico grande pero dentro de lo razonable (caso Villa y Zaragoza, que le costó 12 millones al Valencia). El equipo lo blinda con una cláusula enorme.
  3. Hace una buena/gran temporada con su nuevo equipo y cuando preguntan por él los grandes equipos españoles les cierran la puerta remitiéndolos al contrato y el jugador si se quiere ir a un grande debe emigrar, con el desembolso económico superior en unas 3 o 4 veces a lo que el equipo semi-grande pagó por él.

Esta política necesita una revisión urgente. No puede costar casi lo mismo Torres que Henry + Van Nistelrooy. Es un disparate y sólo va en contra del jugador (en realidad también de las arcas del club comprador), que viene rodeado de unas expectativas altísimas y para nada acordes a lo que es en realidad. Por el bien de los futbolistas y del fútbol español, no más disparates. Por desgracia, eso no ocurrirá, no interesa. Quieren que sigamos envueltos por la gran mentira que resulta el fútbol español.

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